Vives con un perro sensible, brillante, lleno de energía… y sin embargo, parece que no puede parar. En casa vigila el pasillo, en la calle escanea cada esquina. Se activa con ruidos, personas, otros perros, movimientos. Lo llamas y responde, pero vuelve a “irse”. ¿Te suena?

Esto tiene un nombre: hipervigilancia. Y no es un problema de obediencia.

¿Qué es la hipervigilancia?

La hipervigilancia es un estado constante de alerta mental. Es el resultado de un sistema nervioso que no ha aprendido a descansar. En perros como los Border Collies (y otras razas sensibles o pastoras), este estado puede volverse crónico si no se acompaña adecuadamente.

Los perros hipervigilantes:

  • Reaccionan con facilidad a estímulos mínimos.
  • Parecen siempre “ocupados” o inquietos.
  • Tienen dificultades para dormir profundamente.
  • Se frustran o se activan en exceso al menor cambio.

¿Qué NO es?

No es desobediencia.
No es un problema de dominancia.
No es falta de ejercicio físico.
Y desde luego, no se soluciona con más “estimulación”.

¿Por qué ocurre?

Algunos perros han aprendido que el mundo no es predecible ni seguro. Pueden haber vivido experiencias negativas tempranas (como socialización deficiente, separación temprana o entornos demasiado estimulantes), o pueden simplemente tener una predisposición genética a “verlo todo”.

En razas de trabajo con alta sensibilidad emocional y capacidad de observación, esto puede ser aún más marcado.

¿Cómo puedes empezar a ayudarlo?

  1. Ritmo predecible, no rutina estricta:
    Crear días con una estructura suave y conocida ayuda al perro a bajar el nivel de alerta.
  2. Exploración sin sobreexcitación:
    Adecua los paseos, propicia caminatas lentas, con libertad olfativa y pausas para observar.
  3. No obligues a “relajarse”:
    La relajación forzada solo añade presión. En lugar de eso, crea espacios seguros que el perro pueda elegir.
  4. Introduce ejercicios de enfoque suaves:
    Juegos de mirada, de “espera” con refuerzo positivo, o el simple “ve a ver” enseñan que puede gestionar sus decisiones sin reactividad.
  5. Descarga emocional en casa:
    Usa cajas sensoriales, rutinas de calma y materiales para masticar como recursos de regulación natural.

🎯 Lo importante: no intentes “apagar” su radar. Enséñale que no necesita tenerlo activado todo el tiempo.

El cambio empieza contigo, con tu mirada, con tu acompañamiento. No estás sola/o. Si tu perro vive en alerta, puedes ofrecerle algo mejor: comprensión, estructura, recursos.

🔎 Referencias útiles:

  • McMillan, F.D. (2020). Mental health and wellbeing in animals. CABI Publishing.
  • Hall, N.J. & Wynne, C.D.L. (2012). The canid mind: Mental health and welfare of domestic dogs.
  • Price, C. (2013). Understanding the Border Collie. Crowood Press.